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La Pequeña Habana es la capital de la comunidad cubana exiliada anticastrista. Esta zona residencial de Miami, mencionada en todas las guías de turismo, merece un tiempo especial, específicamente para aquellos visitantes aficionados a la historia. En la actualidad, La Pequeña Habana está habitada por cubanos y latinos; el inglés es optativo y el español cubano es el idioma nacional. La zona donde se encuentra La Pequeña Habana anteriormente fue una dinámica comunidad judía, como la mayor parte del sur de la Florida a comienzos del siglo XX. En la década de 1930, la población judía (más información en Historia de Miami y la población judía local) comenzó a abandonar la zona y se trasladó a la playa. En 1959, Fidel Castro derrocó al dictador cubano Batista para crear un bastión comunista; como resultado, millones de personas abandonaron el país con destino a los EE. UU., principalmente Miami, y específicamente La Pequeña Habana. Los primeros inmigrantes cubanos alcanzaron su sueño americano y comenzaron a abandonar el vecindario durante las décadas de 1970 y 1980. Inmigrantes pobres provenientes de Cuba y otros países de América Central llegaron a La Pequeña Habana para reemplazar a aquéllos que se iban. Durante las décadas de 1980 y 1990, la zona se deterioró y se volvió bastante peligrosa. Las calles estaban sucias y el lugar plagado de delitos, drogas y prostitución. Pero aun con este deterioro, hubo algo que nunca desapareció: Domino Park, la esquina donde los cubanos mayores, vestidos con guayaberas, vienen a jugar a su juego favorito, fumar habanos y conversar. Y esta esquina siguió atrayendo turistas, a pesar de la decadencia del resto del vecindario. Sin embargo, La Pequeña Habana tiene un largo camino por recorrer antes de poder competir con otros vecindarios de Miami reurbanizados, como South Beach o el moderno Distrito de Diseño. Las galerías actuales cubren sólo unas pocas cuadras y la zona posee escasa vida nocturna. Muchas de sus calles cuentan con departamentos de bajo alquiler.
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La Pequeña Habana se menciona en todas las guías de Miami y verdaderamente es una de las atracciones de la ciudad que no debe dejar de visitar. Los turistas y visitantes de Miami que desean conocer la diversidad cultural de la ciudad deben visitar La Pequeña Habana, recorrer sus calles, mezclarse con sus habitantes y disfrutar de una bebida o una comida en uno de los restaurantes locales como Versailles. La Pequeña Habana, creada por inmigrantes de Cuba, está ubicada al oeste de Brickel Avenue. Se dice que es una réplica en miniatura de la vida cubana. Mientras camina por sus calles, los aromas, la música y los carteles en español lo harán sentir la experiencia cubana. Hay puestos de frutas, aromas a jugo de caña de azúcar, fábricas de habanos, cafeterías que sirven café cubano y personas sentadas mientras discuten sobre política. Todo es muy auténtico y no debe dejar de verse. No le recomendamos reservar un hotel de Miami en La Pequeña Habana, sino dedicar una tarde o una noche a explorar este magnífico vecindario. El resurgimiento de esta zona de Miami comenzó 10 años atrás, cuando la ciudad eliminó la violencia y el vecindario se volvió más y más popular, tanto para los habitantes locales como para los visitantes. A los visitantes de Miami les encanta el Domino Park, donde los cubanos mayores, vestidos con las tradicionales guayaberas, se sientan a jugar al dominó mientras fuman habanos y comentan las últimas noticias. También cuenta con eventos culturales populares, como Calle Ocho, la celebración de la cultura, música, comidas y bailes hispanoamericanos que se desarrolla en el mes de marzo. Si le gusta el arte y desea ver las obras de los artistas cubanos, dispone de galerías abiertas durante todo el año, además de estudios y teatros. El último viernes de cada mes se realizan los Viernes Culturales con tres eventos diferentes en estudios artísticos abiertos, con autobuses para trasladarlo de uno a otro. Si desea probar la auténtica cocina cubana, un buen lugar para comer es El Esquito sobre la Calle Ocho. Para aquéllos que desean vivir la experiencia cubana en pocas palabras, la Pequeña Habana es el lugar ideal. La Pequeña Habana, a pesar de sus múltiples mejoras, aún tiene un largo camino por recorrer para poder competir con otros modernos vecindarios de Miami, como South Beach o el Distrito de Diseño. Las galerías de arte sólo ocupan unas pocas cuadras. La "vida nocturna" no tiene mucho para ofrecer a los turistas, salvo que desee saborear una deliciosa cena cubana. Conocer la gastronomía de Miami requiere que los visitantes de la ciudad prueben la tradicional cocina cubana. |
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